Se dice que una vez que aprendes a ir en bicicleta, nunca lo olvidarás. Esto se debe a la “memoria muscular”, una memoria procedimental gracias a la cual se consolidan en nuestro cerebro los movimientos específicos que son necesarios para realizar determinada tarea, a través de la repetición. La memoria muscular es casi indeleble. Sin embargo, no ocurre lo mismo con la adquisición de los idiomas. Si has aprendido una lengua y no la practicas, con el tiempo se irá oxidando.
¿En cuánto tiempo se olvida un idioma?
Ante todo, se debe puntualizar que la lengua materna no se olvida nunca. Lo ha corroborado un estudio realizado en la Universidad McGill y publicado en la revista PNAS según el cual, cuando aprendemos los sonidos de un idioma antes de los 2 años, en el cerebro se forma una representación de esos estímulos sonoros del lenguaje que persiste aunque este no se haya escuchado o hablado por años.
Sin embargo, la segunda lengua es harina de otro costal. Cuando pasa el tiempo y no la practicamos, vamos perdiendo la fluidez y olvidamos gran parte del vocabulario. Es obvio que no olvidaremos frases básicas, como pueden ser los saludos, porque las hemos utilizado mucho, pero se nos dificultará la conjugación de los verbos y confundiremos las estructuras gramaticales más complejas.
También olvidaremos las frases hechas y muchísimas palabras, sobre todo las más complejas. De hecho, si ahora mismo buscas en el diccionario el significado de una palabra en castellano que no conoces y después no la usas, es probable que la olvides en poco tiempo.
Por supuesto, olvidar todos estos detalles puede ser cuestión de días o de años, depende del tiempo que hayamos dedicado a estudiar esa segunda lengua y de la edad que teníamos cuando comenzó el aprendizaje. No obstante, en sentido general, todo lo que estudiamos y no practicamos, no se consolida en la memoria y es más fácil que lo olvidemos en poco tiempo.
Debemos tener en cuenta que nuestro cerebro no es un disco duro en el cual todo queda grabado sino que cada cierto tiempo hace limpieza y reorganiza la información. De esta forma, los datos que usamos a menudo se encuentran en una “zona más accesible”, mientras que la información que apenas utilizamos se halla en una “zona menos accesible” y, poco a poco, su huella va disminuyendo.
¿Es posible recuperar un idioma “perdido”?
La buena noticia es que si has aprendido bien un segundo idioma, como el inglés, reactivarlo será relativamente fácil. Con un poco de práctica ganarás rápidamente fluidez, mejorarás la pronunciación y, aunque no llegues a recordar todo el vocabulario que dominabas antes, tendrás las bases para volver a adquirirlo con rapidez.
De hecho, incluso los profesores de idiomas deben refrescar cada cierto tiempo su conocimiento y perfeccionar su pronunciación, sobre todo cuando no es su idioma natal o llevan mucho tiempo residiendo en un país donde se habla otra lengua. Por eso existen cursos de inglés para profesores de idiomas en el extranjeroque no solo prevén las últimas novedades en materia de metodología de la enseñanza sino que también ofrecen un contexto de inmersión lingüística.
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